Mejorar la calidad de los aprendizajes y habilidades que nuestros niños, niñas y adolescentes necesitan para participar activamente en la sociedad del siglo XXI es, sin duda, el principal desafío que hoy tiene el sistema educativo costarricense. Para enfrentar con éxito ese reto, el país debe colocar las políticas docentes en un lugar central de la discusión pública, siendo que, como lo señalan múltiples estudios nacionales e internacionales, la calidad de los sistemas educativos en el mundo tiene siempre como puntos de partida y llegada la calidad de sus docentes.